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S t a r t B i b l e P u b l i c a t i o n s

LA IGLESIA SOSTIENE QUE LA SALVACION ES POR FE PERO NO POR FE SOLAMENTE

Por Batsell Barrett Baxter

La salvación viene por la gracia de Dios. Es un regalo de Dios movido por su amor a nosotros, y se nos da a través de Jesucristo. Gracia significa "favor inmerecido". La salvación es una bendición inmerecida, no ganada, ofrecida gratuitamente a toda la humanidad y hecha posible por el sacrificio de Cristo en la cruz. En resumen, no había forma en que el hombre pecador pudiera ganar o merecer la salvación, por tanto Dios se la ofrece como un regalo. Estas son las Buenas Nuevas, o el Evangelio.

Una de las declaraciones más claras sobre este tema viene de la pluma del apóstol Pablo en Efesios 2:8-9, donde dijo, "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, porque es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." Este pasaje enfatiza que la salvación es un regalo de Dios -- un acto de gracia. Mayor hincapié no se puede hacer en el hecho de que la salvación es un don de Dios -- un acto de gracia.

LA SALVACION POR FE

En Efesios 2:8-9, citado arriba, hay varias palabras claves, dos de las cuales sobresalen. La primera es gracia, el favor inmerecido de Dios que ofrece salvación a todos los hombres gratuitamente. La segunda palabra clave es fe, que es la respuesta del hombre a ese regalo de Dios. La salvación es por gracia, de parte de Dios; y por fe, de parte del hombre.

Es sumamente importante que comprendamos ahora lo que significa la fe. ¿Qué quiere decir fe, exactamente? Muchos la definen como una aceptación mental de ciertos hechos. Esa es la fe histórica y tenemos fe histórica acerca de muchas cosas. Creemos, por ejemplo, que existen ciertas ciudades y que cierta gente ha vivido aunque nunca hayamos visto las ciudades ni conocido la gente. Esa clase de fe, sin embargo, no es suficiente para salvar al hombre. Los demonios creen, y tiemblan (Santiago 2:19), pero no serán salvos. La fe que salva es algo más allá de la aceptación mental de la existencia de Dios y de Cristo. Es eso también, pero es aún más.

El tema del libro a los Romanos es "salvación por fe". Cuando estudiamos ese libro encontramos que para el apóstol Pablo la fe significaba una aceptación mental de la existencia de Dios y de Cristo, unido a un compromiso activo de su vida. Cuando un hombre tiene fe, no solamente cree, sino que se reviste de Cristo. La forma más clara de expresar lo que Pablo quiere decir es leer una frase de la oración inicial en Romanos y otra de la oración final. En la oración inicial encontramos la expresión "la obediencia de la fe" (Romanos 1:5). Pablo enfatiza la fe a través de los dieciséis capítulos que comprenden el libro. Es la fe en obediencia; fe que incluye dentro de sí la obediencia a la voluntad de Dios. Cuando llegamos al final del libro, encontramos que Pablo utiliza la misma expresión "para obediencia de la fe" (Romanos 16:26). Somos salvos por gracia, a lo cual debemos responder en obediencia por fe. La gracia es de parte de Dios y la fe es de nuestra parte. Para que sea fe salvadora, tiene que incluir en sí misma la obediencia que Dios espera de nosotros.

Nos inquietan aquéllos cuya interpretación de la fe les guían a predicar en muchos púlpitos del país así como en programas de radio y televisión, que todo lo que hay que hacer para ser salvo es creer de todo corazón. A menudo se enfatiza que siempre que una persona crea en el Señor y se compromete mentalmente con el Señor, inmediatamente es salvo. Algunas veces a esto le llaman "nacer de nuevo", y que puede pasar mientras se viaja en avión, o mientras se ora arrodillado, o cuando uno se enfrenta con una crisis en su vida. Esta interpretación de la fe que es creencia común en mucha gente, no es la interpretación de la fe que se refleja en las páginas de las Escrituras inspiradas. La fe bíblica es una fe en obediencia.

GRACIA Y FE

¿Qué relación hay entre la gracia y la fe? "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su unigénito Hijo para que todo aquél que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16). Ambos elementos -- la gracia de Dios y la respuesta del hombre -- aparecen en este pasaje. Luego en ese mismo capítulo hay otra oración, "El que cree en el Hijo, tiene vida eterna, mas el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él" (Juan 3:36). En esta oración, creer es el lado positivo, mientras que lo opuesto, el lado negativo, es la desobediencia.

La salvación es un regalo de Dios, no puede haber duda sobre esto. Pero este regalo debe ser adecuado a la respuesta del hombre en fe obediente. La gracia hace posible la salvación, pero la fe obediente la hace un hecho. Cuando el hombre responde a la oferta de salvación de Dios con la fe bíblica, no es que esté ganando o que merezca el regalo, sino que la está aceptando con la condición con que el Señor prometió darla.

En relación con esto leamos 2 de Tesalonicenses 1:7-9: "... y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando sea revelado el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluídos de la presencia del Señor y de la gloria de su potencia." Véase que la venganza del Señor el día del juicio se ejecutará sobre: (1) aquéllos que no conocen a Dios, y (2) los que no obedecen el evangelio. Estos pasajes obviamente demuestran que es imperativo obedecer los mandamientos de Dios si uno espera la salvación eterna.

Este énfasis en la obediencia no debe malinterpretarse. No ganamos la salvación, pero debemos cumplir con las condiciones puestas por el Señor para recibir el don gratuito de la salvación eterna. Cristo dijo, "Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues hemos hecho lo que debíamos hacer" (Lucas 17:10). El hombre no puede ganar la salvación por obras de mérito, pero debe cumplir con las condiciones que el Señor ha puesto para recibir la salvación gratuita.

EJEMPLOS DE CONVERSION EN EL NUEVO TESTAMENTO

En el libro de los Hechos encontramos ocho conversiones mayores, como modelos para la gente de todas las épocas. En cada caso el evangelio de Cristo les fue predicado, la gente creyó de corazón, pero no se quedaron así, sino que quisieron demostrar su fe de alguna manera (confesando a Cristo como su Salvador) y entonces fueron bautizados para el perdón de pecados.

Veamos como ejemplo el comienzo de la iglesia el día de Pentecostés, cuando 3,000 fueron salvos. Todo comenzó con la predicación de un gran sermón acerca de Cristo por el apóstol Pedro. Entonces leemos, "Al oir esto se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Y Pedro les dijo, 'Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo ...' Y con otras muchas palabras testificaba solemnemente y les exhortaba, diciendo: 'Sed salvos de esta perversa generación.' Asi que los que acogieron bien su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas" (Hechos 2:37-38; 40-41). En este ejemplo se demuestra muy claramente la fe en obediencia: Oyeron el evangelio de Cristo, y al creerlo preguntaron qué debían hacer. Pedro les pidió que se arrepintieran de sus pecados y que se bautizaran. Cuando su fe en Cristo se demostró mediante su obediencia a las condiciones impuestas para la salvación, entonces nos dice la Escritura que fueron añadidos a la iglesia o familia de Dios. En cada una de las otras historias de conversión podemos encontrar el mismo patrón.

Somos salvos por la gracia - de parte de Dios; y somos salvos por la fe - de parte del hombre. Pero la fe bíblica es algo más que mera creencia. Es más que un compromiso intelectual. Envuelve obediencia: confesar a Cristo delante de los hombres (Mateo 10:32-33), arrepentirnos de nuestros pecados (Lucas 13:3), y bautizarnos para el perdón de nuestros pecados (Hechos 2:38).

PREGUNTAS

Explique en sus propias palabras el significado de "salvación por gracia".

Ya que Dios ama a toda la gente, y ya que la gracia de Dios es accesible a todos, ¿quiere decir esto que todos serán salvos?

¿Se incluye en la fe bíblica únicamente la idea de creer que Jesús es el Hijo de Dios? ¿Se obtiene la salvación cuando se cree intelectualmente que Jesús es el Salvador?

¿Cuáles son las "condiciones del perdón" que enseña el Nuevo Testamento?

¿Exactamente en qué momento se obtiene la salvación? ¿Cuando Cristo murió en la cruz? ¿Cuando el hombre cree que Jesús es su Salvador? ¿Cuando el hombre responde en obediencia a la fe?