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| S t a r t B i b l e P u b l i c a t i o n s |
DIOS ASIGNÓ UN PAPEL ESPECIAL A LAS MUJERES EN LA IGLESIA
Por James O. Baird
Hoy día existe mucha confusión sobre el papel de la mujer tanto en la casa como en la iglesia. Esta incertidumbre nos ofrece una buena oportunidad de estudiar de nuevo lo que la Biblia enseña sobre la materia. Siendo la iglesia el pilar y fundamento de la verdad (1 Tim. 3:15), es sumamente importante que la iglesia refleje la verdad bíblica acerca del papel de la mujer.
COMO TRATO CRISTO A LAS MUJERES
Un buen lugar para comenzar a estudiar el papel de la mujer en la iglesia es con el principio del ministerio de Jesús. Entendemos, por supuesto, que la iglesia no comenzó mientras Jesús vivía en la tierra (Mateo 16:18), sino luego de haber ascendido a los cielos (Marcos 9:1; Hechos 1:8; Hechos 2:1-4). Podemos, sin embargo, aprender algo acerca del papel de la mujer en la iglesia estudiando cómo las consideraba Jesús durante su ministerio terrenal.
Sabemos que no había ninguna mujer que fuera apóstol (Mateo 10:2-4). No obstante, algunos de los discípulos más cercanos a Jesús eran mujeres. En Lucas 8:2-3 se menciona a María Magdalena, Juana, Susana, y "otras muchas" que contribuyeron a proveer ayuda económica a Jesús y a los apóstoles mientras iban predicando. Más tarde, cuando los apóstoles, temerosos, se retiraron del lugar de la crucifixión, algunas mujeres fieles y llorosas se quedaron a contemplar su muerte en la cruz (Mateo 27:55-56).
De ésta y otras referencias en los Evangelios nos damos cuenta de que Jesús no consideraba a las mujeres como que eran inferiores a los hombres en lo concerniente al discipulado. Al seleccionar varones en vez de mujeres para su apostolado, hizo alguna distinción en el papel que el hombre y la mujer deben llenar. Esos dos principios básicos, o sea (1) su concepto de igualdad de valor, y (2) la diferencia entre los deberes asignados a hombres y a mujeres, fueron claramente enseñados en la iglesia primitiva y deben, por supuesto, reflejarse en la iglesia de hoy.
EL PAPEL DE LA MUJER EN LA IGLESIA
Al comenzar la iglesia el Día de Pentecostés, tanto hombres como mujeres fueron añadidos en gran número (Hechos 5:14). No se hizo diferencia alguna en las condiciones de membresía entre los sexos. Además, la importancia de las mujeres para la iglesia en su totalidad se refleja por la preocupación que la iglesia primitiva demostró hacia las viudas que necesitaban cuidados y ayuda (Hechos 6:1-6).
Las buenas obras que hacían las mujeres se mencionan a menudo en las Escrituras. Se cita a Dorcas como ejemplo de fiel y amoroso servicio (Hechos 9:36-39). A Lydia se la pinta como una mujer de gran hospitalidad, "obligando" a Pablo y sus compañeros a hospedarse en su casa (Hechos 16:11-15). Se dice que Febe "está al servicio de la iglesia en Cencrea" (Romanos 16:1). Las múltiples obras buenas de las mujeres en la iglesia se reflejan en los escritos de Pablo cuando éste describe las calificaciones de las mujeres que habían de ser sostenidas por la iglesia y que iban a dedicar todo su tiempo al servicio cristiano. En 1 Timoteo 5:9-10 esas calificaciones incluían el ser viudas, tener 60 años o más, que no tuvieran otros parientes que sostener, y que tuvieran "testimonio de buenas obras". Esas buenas obras se definen como (1) haber criado hijos, (2) haber practicado la hospitalidad, (3) haber lavado los pies de los santos, (4) haber socorrido a los afligidos, y (5) haber estado dedicadas a toda buena obra.
También se hace referencia en la Escritura al papel de la mujer en la enseñanza privada de la Palabra de Dios. En Hechos 18:26, Priscila, con su esposo Aquila, privadamente enseñaron a un buen, pero malinformado, predicador de nombre Apolo, "exponiéndole más exactamente el camino de Dios". En Tito 2:4 se instruye a las mujeres más ancianas a enseñar a las más jóvenes a vivir cristianamente.
Un versículo clave para discernir la importancia de la mujer a los ojos de Dios es Gálatas 3:28, "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." En los tiempos de Jesús se hacían distinciones muy marcadas entre la gente por las que se miraban unos a otros como inferiores o superiores y que les hacían separarse los unos de los otros. Esas diferencias incluían antecedentes religiosos (judío y griego), condición social (esclavo o amo), o sexo (hembra o varón). Pablo escribió que ninguna de tales distinciones era válida en cuanto concernía al valor personal. Ciertamente no quiso decir que cuando alguien se convertía al cristianismo dejaba de ser hombre o mujer, o esclavo o libre, o judío o gentil, sino que nada de eso debía causar separación, porque todos eran igualmente preciosos en Cristo Jesús.
DIFERENTES FUNCIONES PARA HOMBRES Y MUJERES
Aunque la iglesia ha de mantenerse inmutable en su parecer de que tanto la mujer como el hombre son igualmente valiosos a los ojos de Dios, también debe reflejar la enseñanza del Nuevo Testamento de que el hombre y la mujer deben llenar diferentes funciones en la iglesia.
Por ejemplo, en el plan de Dios para el gobierno de la iglesia, cada congregación debe ser dirigida por ancianos y diáconos (Filipenses 1:1). Al enumerar las cualificaciones para los ancianos (1 Tim. 3:1-7); Tito 1:5-9) y para los diáconos (1 Tim. 3:12), se menciona el "ser marido de una sola mujer". Esto hace obvia la exclusión de mujeres para estas funciones; sólo hombres deberán ser ancianos y diáconos.
Aunque la mujer puede enseñar en privado, según vimos del ejemplo de Priscila, se les prohibe a las mujeres el enseñar a los hombres públicamente (1 Tim. 2:12). La práctica común hoy día de permitir a la mujer predicar no es aprobada por las enseñanzas del Nuevo Testamento y no debe ser practicada en la iglesia (1 Cor. 14:34).
El énfasis dado a los derechos de la mujer hoy día no debería ser causa para que los cristianos cuestionaran la prohibición del Señor de que las mujeres asuman ciertas funciones en la iglesia. Aún cuando no se dieran razones para este acción, deberíamos aceptar por fe lo que Dios ha revelado. No obstante, se han dado algunas razones, como las siguientes:
1. La función de la mujer en la iglesia refleja el acto original de la creación en el que el hombre fue creado primero (1 Tim. 2:13).
2. La función de la mujer en la iglesia refleja que fue ella la primera en caer en pecado al ser engañada por Satán (1 Tim. 2:13).
3. La función de la mujer en la iglesia está íntimamente conectada con su particular función en el hogar. Sólo la mujer puede dar a luz hijos (1 Tim. 2:15). El hombre ha de cuidar de y proveer para su mujer y amarla así como Cristo amó la iglesia (Efesios 5:25). La sumisión voluntaria de la mujer a su marido debe consecuentemente hacer que él responda con lo mejor para su cuidado (Efesios 5:22, 23). Para que pueda existir la mayor cantidad de felicidad en el hogar, Dios estableció en éste diferentes funciones para el hombre y la mujer. Esta diferencia debe reflejarse en la iglesia de la misma manera.
RESUMEN Y CONCLUSION
En resumen, hemos hallado que: (1) La iglesia debe enseñar lo que la Biblia dice sobre la función de la mujer, sin importar lo que otros enseñan y predican. (2) Cristo aceptó mujeres como seguidoras sobre las mismas bases que a los hombres, aunque no nombró mujeres como apóstoles. (3) Las mujeres fueron de las primeras entre los miembros y una parte importante en la vida de la iglesia. Se destacaron por su gran hospitalidad, en proveer para los necesitados y en la expresión del amoroso servicio que debe caracterizar a la iglesia como la familia de Dios. (4) Ante Dios hombres y mujeres deben aceptarse unos a otros con igual valor porque a ambos Dios los considera del mismo modo. (5) Dios ha ordenado ciertas funciones en la iglesia que la mujer no debe desempeñar, y da sus razones para hacer tal distinción.
La iglesia debe mantener firme lo que Dios ha ordenado tanto en éste como en otros asuntos.
PREGUNTAS
¿Cómo sabemos que había mujeres entre los seguidores de Jesús cuando él estaba en la tierra? Cite la Escritura.
¿Cómo sabemos que no había mujeres nombradas como apóstoles? Cite la Escritura.
¿Cuál es la escritura que enseña que había mujeres entre los miembros de la iglesia en Jerusalén?
¿Qué mujer se menciona en Hechos 9 como ejemplo de las que ayudaban a los necesitados?
¿Qué mujer se menciona en Hechos 16 como una que prodigaba una gran hospitalidad?
¿Cómo sabemos que las mujeres no han de ser ancianas o diaconisas? Cite la Escritura.
Las razones que da la Biblia para no permitir que las mujeres enseñen públicamente, ¿son razones basadas en costumbres sociales pasajeras o razones de peso? Estudie los versículos que tratan de este asunto y explique sus conclusiones.