Conozca la iglesia de Cristo .....y Conocereis la verdad y la verdad os hara libres | |
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| S t a r t B i b l e P u b l i c a t i o n s |
LA IGLESIA ES LA MANO CARITATIVA DE DIOS HACIA LOS POBRES
Por Charles R. Williams
La iglesia neotestamentaria fue edificada por Jesucristo puesto que, en Mateo 16:18, Jesús dijo: " ... y sobre esta roca edificaré mi iglesia ..." No sólo es el fundador, sino que también es su cabeza. El apóstol Pablo dijo esto bien claro cuando escribió "y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dió por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia" (Efesios 1:22). Como fundador y cabeza El es también nuestro modelo para vivir como miembros de su iglesia, "Pues para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por vosotros, dejándoos ejemplo, para que sigáis sus pisadas" (1 Pedro 2:21). En cuanto al asunto de que trata este capítulo, preguntamos entonces, "¿Cuál fue el ejemplo que dejó Jesús sobre la actitud que debemos adoptar hacia los que se encuentran en necesidad física?" También deberíamos preguntar, ¿Qué mandamientos o ejemplos neotestamentarios ha dejado a su iglesia referente a la benevolencia?
JESUS ESTABA PREOCUPADO
En los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, que describen la vida de Jesús antes de que edificara su iglesia, encontramos que era una persona de gran compasión. Su mayor preocupación era, por supuesto, el pecado y las almas de la gente, pero viviendo entre la gente demostró también su cuidado y preocupación por las necesidades de ellos. Un buen ejemplo de ello fue al morir su amigo Lázaro. Cuando fue a la casa de Marta y María, al ver el dolor de ellas y de sus amigos, nos dice la escritura que "... se estremeció en el espíritu y se conmovió ... Jesús lloró ... él le amaba" (Juan 11:33-36). Hay muchas ocasiones en la vida de Cristo que nos demuestran que para ser como Cristo necesitamos sentirnos preocupados por el bienestar físico de los demás.
JESUS SENTIA COMPASION
Muchos llegaron a Jesús para que les ayudara, y fue movido a compasión al ver sus grandes necesidades: "Y al ver las multitudes, se compadeció de ellas, porque estaban extenuadas ..." (Mateo 9:36). Le preocupó saber que la gente estaba hambrienta: "Se me enternecen las entrañas de compasión sobre la multitud, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer" (Marcos 8:2). Entonces Jesús les proveyó alimento.
JESUS ENSEÑO SOBRE EL PREOCUPARSE POR LOS DEMAS
No sólo demostró Jesús su compasión por los necesitados, sino que también enseñó grandes lecciones sobre esto. La más conocida es tal vez la historia del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37). Jesús hizo énfasis en que el mayor mandamiento es amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas, y que el segundo mayor mandamiento es semejante al primero, amar al prójimo como a nosotros mismos. Cuando un hombre de la multitud preguntó, "¿Quién es mi prójimo?", Jesús respondió con la historia del Buen Samaritano. La historia se refiere a un hombre que dió su tiempo, energías y dinero por ayudar a un extranjero en necesidad. El extranjero había sido golpeado y robado y necesitaba atención médica, alimento, y un sitio en donde quedarse. El proveyó todo esto y por tal razón Jesús alabó su acto de compasión. Entonces Jesús dijo al hombre de la multitud, "Ve tú y haz lo mismo."
Quizás la lección más impactante que enseñó Jesús sobre nuestra responsabilidad de ayudar a otros se encuentra en el cuadro que nos da sobre el juicio final.
Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones, y separará a los unos de los otros, como separa el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de la derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fuí forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te alimentamos, o sediento, y te dimos de beber? Y ¿cuándo te vimos forastero y te recogimos, o desnudo y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a tí? Y el rey responderá y les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fuí forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te asistimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de éstos más pequeños, tampoco a mí me lo hicisteis.
Jesús continúa describiendo la escena diciendo que los que no sirvieron así a los demás irán al castigo eterno, pero aquéllos que sí lo hicieron irán a la vida eterna (Mateo 25:31-40, 46).
AYUDAR AL EXTRANJERO
En cada uno de los casos anteriores notamos que no sólo a los amigos o hermanos debe ayudarse, sino también al extranjero. Esas son las instrucciones exactas dadas a los cristianos en la iglesia del Nuevo Testamento. "Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de la hospitalidad ..." (Hebreos 13:1, 2).
El apóstol Pablo escribió a varias congregaciones y las instruyó con estas palabras: "Así que, según tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, y mayormente a nuestros familiares en la fe" (Gálatas 6:10). La responsabilidad de la iglesia de ayudar a los necesitados no se limita, por tanto, a los nuestros.
¿QUE METODOS DEBEN USARSE?
Las escrituras nos dan el mandamiento y la responsabilidad de ayudar a los demás pero no nos especifican en detalle cómo hacerlo. A cada individuo y congregación autónoma les toca decidir por su propia cuenta cómo deben ser llenadas las necesidades de los necesitados. Son pocos los ejemplos que se nos han dado. En el capítulo 6 del libro de los Hechos encontramos que algunas de las viudas estaban siendo desatendidas. La respuesta de los apóstoles al problema fue nombrar a varios hombres que supervisaran esta labor para que esas necesidades fueran llenadas. Esta sería una de las responsabilidades de los diáconos en la iglesia de hoy.
En 1 Cor. 16:1-3, y en Segunda de Corintios, capítulos 8 y 9, vemos el ejemplo de varios hombres haciendo una colecta entre algunas congregaciones para ayudar a los santos pobres en Judea. Santiago escribió que se debe ayudar a los huérfanos y a las viudas: "La religión pura e incontaminada delante de nuestro Dios y Padre es ésta, visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo" (Juan 1:27). No obstante, Santiago no nos dice cómo debe hacer esto el individuo o la congregación local; por tanto, se deja a nuestra discreción el hacerlo en la forma más adecuada.
LOS MEDIOS PARA JUSTIFICAR EL FIN
El cuidado mayor que los cristianos y la iglesia prestan es salvar almas y enseñarlas. Ese es su negocio principal. Aún la benevolencia constituye un medio para tal fin. Pero resulta difícil para una persona hambrienta el estudiar o aprender la voluntad de Dios. No es responsabilidad de la iglesia alimentar y vestir al mundo sino predicar el evangelio. Sin embargo, los discípulos de Jesús han de ser gente compasiva tal como lo fue él. Como dice la Palabra, " ... debemos recordar a los pobres ..." (Gálatas 2:10).
RESUMEN
La actitud de Cristo en el servicio a otros es nuestro ejemplo. El enseñó a sus discípulos a amar y tener compasión de los menos afortunados, y practicó lo que enseñaba. Si vamos a seguir sus pasos y su ejemplo, debemos hacer lo mismo.
La iglesia es el cuerpo de Cristo y él es su cabeza. Como miembros de su cuerpo, los cristianos debemos reflejar a Cristo en nuestras vidas. Ya lo dijo el apóstol Pablo, "... ahora será también magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia" (Filipenses 1:20,21); y "... ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí" (Gálatas 2:20).
No se ofrece mucha información concerniente a la forma de alimentar al hambriento, vestir al desnudo, o cuidar de los huérfanos y las viudas. Simplemente se nos dice que lo hagamos, y la decisión sobre cómo hacerlo debe dejarse en manos de los ancianos de la congregación local, tal como fue la intención de Dios. Pero todo lo que hagamos debe ser de acuerdo al propósito de la iglesia de acercarse a las almas, predicarles el evangelio, y ayudar a los miembros a crecer y madurar en Cristo.
PREGUNTAS
¿Qué actitud adoptó Cristo hacia los que carecían de alimento?
¿Cuál será la gran prueba que se aplicará el día del juicio para determinar si uno será salvo o no?
¿Qué mandamientos se dieron a la iglesia primitiva acerca de los pobres, las viudas y los huérfanos?
¿Qué métodos usa ahora la iglesia para el cuidado de los necesitados?
¿Cuál es el principal propósito de la benevolencia?