Conozca la iglesia de Cristo .....y Conocereis la verdad y la verdad os hara libres | |
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| S t a r t B i b l e P u b l i c a t i o n s |
EL PAPEL DE LOS PREDICADORES EN LA IGLESIA DEL SEÑOR
Por A. Kay Gardner
La iglesia de Cristo busca restaurar la iglesia neotestamentaria. Está comprometida a seguir el patrón bíblico en doctrina, adoración, labor, organización, celo y modo de vida. Sus predicadores cumplen fielmente el papel ordenado por Dios de proclamar públicamente el evangelio. Ellos hacen caso de los principios expresados aquí.
PREDICAD EL EVANGELIO
"Predica la palabra" (2 Tim. 4:2). ¡El evangelio debe ser predicado! Es poder de Dios para salvación de los pecadores y es la esperanza del mundo. Es luz espiritual que disipa las tinieblas; poder divino que destruye los baluartes del pecado. Desde la fundación de la iglesia por Cristo ha habido necesidad continua de que hombres fieles y aptos declaren todo el consejo de Dios (Hechos 20:27). Esta urgente necesidad existe ahora y siempre existirá.
Los primeros cristianos, los evangelistas y apóstoles inspirados sentaron el ejemplo. Les absorbió una pasión avasalladora de llevar el mensaje acerca de un Señor glorificado a todos los que se pierden. Con un Salvador crucificado y resucitado como médula del mensaje, predicaban con asombrosa convicción y hondo afecto por la cruz (1 Cor. 2:2).
La iglesia sigue el camino del púlpito. Una predicación blanda y transigente produce congregaciones flojas y vacilantes. Cada generación necesita escuchar el evangelio de la "Vieja Jerusalén". Cuando se desecha la justificación a través de la sangre, el púlpito queda sin fuerza y el banco se empobrece. El púlpito será despreciado en una época en que la verdad del evangelio ya no es honrada.
LOS PASTORES SON PASTORES -- LOS EVANGELISTAS SON PREDICADORES
De acuerdo con la Biblia, los pastores (ancianos) deben apacentar (pastorear) al rebaño (Hechos 20:28). Los predicadores (evangelistas) deben predicar (2 Tim. 4:1-4). Que los predicadores prediquen y que los pastores apacienten es lo correcto; es el plan divino de Dios. Aquí han fallado las denominaciones. Cuando el evangelista pastorea, se está ignorando o rechazando el camino de Dios. Los ancianos deben cumplir sus deberes como protectores de almas y no han de designar a los predicadores como sus ayudantes en el cuidado de las ovejas descarriadas. Los pastores no cuidan de las ovejas enfermas a través de apoderados.
Los predicadores deben laborar en la Palabra predicando, enseñando, exhortando (Colosenses 1:24-29; 2 Tim. 4:1-5). Muchos predicadores han asumido el papel de "pastor" por tanto tiempo que les tomará bastante el volver a ser evangelistas.
Elevar al "Reverendo Pastor" a un nivel por sobre el miembro "promedio" en el cuerpo del Señor es el resultado de pensar superficialmente. Los predicadores pueden ser puestos en un alto pedestal por aquéllos con mentes ofuscadas, y las conclusiones están condicionadas por el patrón de pensamiento denominacional. A la vista de Dios la persona más elevada es el sirviente más fiel; no alguien que ha asumido una posición elevada. Aparentemente es una paradoja básica del cristianismo que el camino hacia arriba es abajo (Mateo 20:25-28). No se gana un lugar alto ante Dios apropiándose de un título religioso impresionante.
LOS TITULOS RELIGIOSOS NO SON ESCRITURALES
Vestiduras diferentes y títulos altisonantes alimentan la vanidad clerical y hacen burla al espíritu cristiano. Los escribas y fariseos se deleitaban en nombramientos pomposos, y esa arrogante actitud desagradaba al Maestro. Enraizado en el pensamiento y práctica denominacional, ese crecido complejo laico-clerical es ajeno a las enseñanzas del Nuevo Testamento.
Las palabras de Jesús eran autoritarias y definitivas. "No os hagáis llamar Rabí ... no llaméis padre a nadie en la tierra ... ni tampoco os hagáis llamar maestros" (Mateo 23:8-10). Aquí el Señor afincó el principio que condena el apropiarse CUALQUIER título religioso ya sea el de Reverendo, Rabí, Maestro, Padre, Papa, Cardenal, Arzobispo, o Pastor.
PREDICAD LA PALABRA
El otorgarse títulos religiosos corrompe la religión pura y sin mancha lo mismo que los falsos maestros son una desgracia para Cristo y un estorbo para su iglesia (Hechos 20:29-30). Sus "bocas deben ser tapadas" (Tito 1:11). Pablo advierte en cuanto a enseñar tradiciones de hombres y vanas filosofías (Colosenses 2:8). Cuando todo el consejo de Dios es predicado, creído y obedecido, quedan satisfechas todas las necesidades espirituales (Santiago 1:21; 2 Tim. 3:16-17). Todo lo que el hombre necesita para creer, ser, conocer, hacer o enseñar para agradar a Dios está escrito en la Biblia. Dios ha provisto la herramienta efectiva: su Palabra eterna que es fuerte, viviente, poderosa, y que realizará su propósito (Efesios 6:17; Hebreos 4:12; Isaías 55:11). Cuando los oyentes obedecen la palabra de Dios, se logra un resultado triplicado: (1) los perdidos se convierten a Cristo, (2) los desviados se restauran, y (3) los salvos se mantienen salvos si continúan firmes hasta el fin (1 Cor. 15:58). De esta manera la iglesia es fortalecida y se expande su benigna influencia.
Los predicadores llevan una carga pesada en un mundo enfermo de pecado. Marchan en la lucha contra el pecado haciendo un llamamiento a los cristianos para que tomen toda la armadura de Dios; luchen contra el maligno, resistan sus artimañas y apaguen sus dardos encendidos (Efesios 6:10-18). En la iglesia del Señor, los predicadores escrupulosos se niegan a buscar algo nuevo y diferente, y no cometen la torpeza de buscar "relevancia". No se avergüenzan del antiguo fundamentalismo, sino que, sabiendo que la doctrina de redención en Cristo siempre será relevante, ellos predican El Evangelio de la Vieja Jerusalén y exhortan a los pecadores a obedecerlo, a convertirse en siervos de Dios; salvos, con sus pecados perdonados y sus almas libres (Rom. 6:17-18). No se desentienden de sus deberes mientras los pecadores perecen en la oscuridad. Su prédica fomenta la unidad, la verdad y la justicia mientras se opone a la división, al error y al pecado (Proverbios 14:34, Juan 8:32; 1 Co4. 1:10-13). Nos advierten del fatal peligro en avergonzarnos de Cristo y sus palabras, porque por ellas seremos juzgados (Marcos 8:38; Juan 12:48). Nos enseñan que somos salvos por gracia a través de la fe; no por gracia sola ni por fe sola sino por la gracia de Dios y la fe del hombre en obediencia (Efesios 2:8-10; Romanos 1:5; Gal. 5:6).
No tratan de cubrir el pecado con respectabilidad ni lo "van frenando" con terminologías veladas. Llaman pecado a la transgresión de la ley de Dios, no "conducta anormal" (1 Juan 3:4; Santiago 4:17). Son cuidadosos al discernir entre asuntos de fe y asuntos de opinión, entonces tratan con cada cual según lo que cada cual es.
COMO PREDICAR EL EVANGELIO
Los evangelistas fieles predican el evangelio de esta manera:
Totalmente -- "Desde Jerusalén y por sus alrededores ... todo lo he llenado del evangelio de Cristo" (Rom. 15:19). El que no predique el evangelio totalmente, ni siquiera debiera predicar.
Vigorosamente -- Pablo "rebatía poderosamente a los judíos públicamente, demostrando por las escrituras que Jesús era el Cristo" (Hechos 18:28). "Estoy puesto para la defensa del evangelio" (Filipenses 1:17). La predicación de Pablo era poderosa, demandando tomar una decisión. La mayoría de sus sermones causaban o un avivamiento o un alboroto. Una predicación vigorosa es necesaria en todo tiempo.
Con sencillez -- "Pero temo que ... vuestros pensamientos sean de alguna manera extraviados de la sencillez y pureza que es en Cristo" (2 Cor. 11:3). Las palabras regulares en la Biblia no contienen más de cinco letras. Los predicadores inspirados no necesitaban de palabras altisonantes.
Con urgencia -- "Me siento constreñido a hacerlo: y ¡ay de mí si no anuncio el evangelio!" (1 Cor. 9:16).
Con denuedo -- Cuando los concejales en Jerusalén vieron el denuedo de Pedro y de Juan se maravillaron (Hechos 4:13), 29, 31). Pablo urgía a los hermanos en Efeso que oraran para que él pudiera "hacer conocer con denuedo el ... evangelio, ... y que pueda hablar con denuedo, según debo de hacerlo" (Efesios 6:19, 20). Los predicadores de Dios no temen el ofender al hermano Bebedor Social o a la hermana Danzarina. Eso sería flaqueza y cobardía.
Con amor -- Cristo puso a los evangelistas, maestros y a otros en la iglesia para ministrar hacia la edificación del cuerpo de Cristo "hablando la verdad con amor ..." (Efesios 4:11-15). "Todas vuestras cosas sean hechas con amor" (1 Cor. 16:14).
En la iglesia de Cristo los evangelistas "retienen el patrón de la sana palabra ..." (2 Tim. 1:13). Se esmeran en agradar a Dios, no a los hombres; predican a Cristo, no a sí mismos. No están en el negocio del espectáculo; más bien son pescadores de hombres en el negocio de ganar almas. Predicadores dignos, exponen y se oponen al error fielmente y con valor; reprenden al pecador y condenan el pecado (Juan 8:44; Hechos 8:20-23; 13:9-11). Trabajando bien glorifican a Dios.
PREGUNTAS
Explique por qué el púlpito queda "sin poder" cuando no se predica la justificación por la sangre. (Romanos 5:8-11).
¿Por qué ante Dios es incorrecto que los hombres se revistan de títulos religiosos? (Mateo 23:8-10).
Indique tan claro como le sea posible el trabajo específico que Dios ha asignado en la iglesia a: (a) los predicadores del evangelio, y (b) los ancianos.
¿Cuáles son las bocas que deben ser tapadas? (Tito 1:11). ¿Por qué?
Haciendo referencia a las escrituras que las apoyan, en este capítulo se describen seis características de predicadores del evangelio que demuestran que son dignos de confianza. ¿Puede decir si el predicador de su congregación lo hace de esa manera?
¿Se santifican los pecadores por fe sola, o sólo por gracia, o por gracia y fe en obediencia? Pruebe su respuesta con la escritura.